The arrival

Días y días caminé. Nadie se cruzó en mi camino en todo el trayecto, salvo algún que otro animalejo desgraciado. En cuanto llegué al pueblucho, la lluvia se ensañó conmigo. Era muy temprano en la mañana, pero aún así todo estaba totalmente oscuro y cubierto de una neblina pegajosa que te calaba hasta los huesos.
En un intento desesperado de refugiarme del aguacero, me adentré en un sucucho cuyo cartel de bienvenida rezaba "Taberna". Había alguna que otra persona en aquel recinto, aunque no demasiada. Diría que las normales en un día tan horrible como este. Me acerqué hasta la barra y apoyé a Zerk en el suelo, con la parte de la empuñadura hacia arriba y, como siempre, con la cadena pasada por mi brazo derecho. Miré a ver si alguien se encontraba del otro lado mientras acariciaba inconscientemente a Zerk, sintiendo como mi estómago rugía.

Umi Entra Por Primera Vez En La Taberna
Observando A Los Presentes
No Parecia Haber Demasiadas Personas Dentro
Pero Quien Sabe, Tal Vez Era Por El Dia

Se Acerco A La Barra
Esperando A Ser Atendida
Y No Paso Mucho Hasta Que
El Tabernero Se Acerco A Ella

- Buenos Dias. Pide Lo Que Quieras, La Primer Comida Es Gratis Para Los Viajeros

Vi al que parecía ser el tabernero acercarse hasta mi con semblante serio. ¿Comida gratis? No me gusta la palabra gratis. Nada es gratis. Ni siquiera las cosas que se dan con buena intención, siempre terminan creando una dependencia. El que da cosas espera que le devuelvan, y si uno acepta cosas tendrá que darlas en algún momento. No lo entiendo, sería todo mucho más fácil si no se interactuara con otras personas sin necesidad. No se crearían dependencias incómodas, ni se afectaría a los demás con acciones propias... ni se deberían dar explicaciones de ningún tipo de desición ni comportamiento. Al final la humanidad solo hace cosas innecesarias todo el tiempo y que solo importunan a los demás.
De repente sentí cómo Zerk vibraba apenas, recordándome de que el hombre seguramente seguía allí.

- L-lo que sea está bien.- le respondí apresuradamente.
Siempre me pasa lo mismo... no nací para estar entre personas.

El Tabernero Sonrio Levemente
Y Se Retiro Unos Instantes
Para Regresar Con Un Plato De Comida
- Por Lo Que Necesites Solo Dime
Termino Diciendo
Y Se Quedo A Unos Metros Lavando Las Copas