-Debo felicitarte, herrero.- Le digo mientras pruebo el arco (sin tirar ninguna flecha).
En ese momento se escucho un extraño gruñido, y no pude evitar el sonrojarme. -Eh, disculpe, dos preguntas, la primera es, cuanto le debo ? y la segunda, donde hay un lugar cerca de aquí donde se pueda comer bien ?-